Referencia visual en la punta de Aviao o del Castiello

En Carreño, en la parroquia de Perlora, se ha documentado una construcción que, con funciones de defensa costera, también podría contar con las características propias de una señal de ayuda a la navegación.

El ilustrado candasín Carlos González Posada, en sus «Noticias históricas del concejo de Carreño», realizó en 1792 una descripción de los orígenes de Carreño y la historia y etimología de los nombres de sus diferentes lugares. El historiador, en su recorrido por el litoral del concejo, dedicó un capítulo a Perlora y realizó una mención al puerto de Entrellusa y su actividad ballenera en el que, en sus inmediaciones, se encontraban unas ruinas y restos de una torre o castillo medieval en la zona de la punta de Aviao.

 “Al lado de levante cierra este puerto [de Entrellusa] un pequeño promontorio con un morro en el que hubo un castillo o torre, ya para defensa de los mareantes, ya para faro o guía de éstos cuando viniesen a él por las noches, desde el cual se descubre toda la costa desde el cabo de Torres sobre Gijón hasta el de Vaca sobre Luanco, y al mismo tiempo da vista al castillo de Illavio, y a la torre de Morís, bien antigua en la misma parroquia de Perlora. Tal vez, desde sus almenas se verían los demás castillos del concejo que desde sus cimientos se alcanza tanto de mar y tierra.

 Creo que fue hecho en tiempo de Don Alfonso el Magno en cuya vida se escribe que hizo muchos de éstos en la costa de Asturias para defenderla de los Normandos que la infestaban, y sin duda que fue una buena elección la de este paraje que llaman Vía o Viade, cuya etimología o significación puede inferirse del uso de aquella obra, pues denomina el puerto entonces de más aprecio, que todos los que hay en la costa a que da vista, y al mismo tiempo a los fondeaderos de Palmera y San Antonio, quedando señor de toda esta rada y capaz de avisar con sus ahumadas y almenaras a los castillos y torreones de tierra adentro.

 En el siglo XVI aún existía, pues Don Domingo Menéndez, escribano del número del mismo concejo, vio una escritura en que, a Don Alonso Muñiz Arango, se le llama Alcaide de la Torre Fuerte, Del Viao. En el año 1791 estuve a reconocerle, y he medido 36 varas de pared que aún se conserva de murallas de su recinto y hay en medio un montón de ruinas, habiéndose llevado mucha piedra para los cierres inmediatos. Se comunica con la tierra de este morro por una loma muy estrecha por donde es muy difícil el paso. Estaba la torre sobre una peña viva y escarpada, imposible de subirse sino por la parte de levante donde hay rastros de muralla que guardaban el paso.”

playa moris

Imagen de la Punta de punta de Aviao o promontorio del Castiello y la playa de Morís

 

Podemos encontrar otra descripción más contemporánea de la misma construcción en un artículo «Vestigios de siete castillos medievales asturianos» del arqueólogo e investigador asturiano González y Fernández Vallés tras una visita a la misma zona, a principios de 1961.

“El promontorio de El Castiello avanza de Sur a Norte sobre el mar a Oriente de la playa de Carranques, de la ciudad de Perlora. Tiene una longitud de 200 metros y una altura de unos 45 metros sobre el nivel del mar. Por su base corre el ferrocarril de Carreño. Desde El Castiello se abarca con la vista todo el litoral cantábrico comprendido entre La Providencia (Gijón) por el Este, y el cabo de Peñas, por el Oeste.

 El castillo estuvo emplazado en el extremo septentrional del promontorio. Este extremo forma un reducido altozano de 34 metros de longitud en el sentido general del promontorio, y 25 metros de anchura máxima, que destaca unos cinco metros en el lado meridional de la parte inmediata del accidente costero.

 Los restos del desaparecido castillo se localizan en el altozano indicado. En el centro de su superficie existe una depresión circular, rodeada de piedra de construcciones derruidas, que parece corresponder a la base de una torre. Los materiales se acumulan más por el lado meridional del altozano, donde hubo de estar el punto de acceso al castillo, por haber existido allí alguna construcción o refuerzo defensivo. Al NO. de la superficie del altozano, en un sitio en que el cantil desciende en rampa hacia el mar, se ven dos o tres trozos de muro que parecen antiguos. La piedra de las desaparecidas construcciones es caliza, de tamaño mayor que grava, con restos de argamasa de cal adherida a ellas. No se ven restos o fragmentos de tejas; en cambio fueron hallados dos fragmentos pequeños de cerámica tosca.

 Pascual Madoz constata en su Diccionario [Geográfico Estadístico Histórico, Tomo IV] la existencia de los restos de este castillo que, al Este del puerto de Entrellusa «hay restos de edificio que se supone haya sido un castillejo».”

En el año 2003, en un artículo publicado en el primer número de la revista «Remanecer»  se describe un nuevo reconocimiento visual de dicho emplazamiento por parte de los investigadores locales Armando Rodríguez, Manuel Ramón Rodríguez y Víctor González Celís comprobando que, de la primitiva torre aún son visibles varios trozos de muros y piedras calizas con restos de argamasa de grava fina en varios puntos del promontorio, y aunque las ruinas están muy deterioradas, con una buena limpieza, la correspondiente excavación arqueológica y posterior consolidación, se podría recuperar como lugar de interés y mirador con reseña histórica.

 

 

 

 

 

 

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